
El deporte puede ser cruel
El deporte está diseñado para experimentar estrés. En primer lugar, se establece un objetivo y el que quiera ganar, se le exige que se logre, pero a su vez, se lo ponemos difícil agregando reglas. Por ejemplo, miren el deporte del golf. El objetivo es llevar la bola desde el tee hasta el hoyo en el menor número de golpes posibles. En teoría, suena bastante fácil, así que, para hacerlo más complicado le añaden algunos elementos. El terreno incluye algunos árboles en el camino, y bunkers de arena y por qué no, también le ponen un lago. Como si esto no fuera lo suficientemente estresante, tenemos oponentes, pero no cualquier oponente. Se usan sistemas para clasificar por rankings a los oponentes basado en una habilidad similar. Cada una de estas variables, de alguna manera u otra pueden generar estrés dependiendo como se vayan manejando.
Algunos factores que generan estrés en el deporte
Hay tantas cosas que suceden durante una competencia que pueden causar estrés. A estas cosas las llamamos factores estresantes. Por ejemplo, durante un partido importante pueden experimentarse algunos factores, por ejemplo: el rendimiento del oponente, la puntuación del partido, las consideraciones tácticas, las expectativas del público, entre otras.
Cada una de ellas generan diversas reacciones, las más comunes son: estrés, excitación (arousal) y ansiedad. Los tres términos se usan con regularidad y, a veces, se pueden confundir. Esto a menudo puede resultar muy confuso cuando se trata de aprender sobre ellos, así que trataré de definirlos de manera breve. El estrés representa un desequilibrio entre una demanda y la capacidad de respuesta percibida. Por otro lado, la excitación se refiere al nivel de activación fisiológica y psicológica y la ansiedad es el estado emocional negativo caracterizado por el nerviosismo y la preocupación.
¿Qué es el estrés?
El primer punto que hay que comprender es la diferencia entre estrés y un factor estresante (estresor). El estrés es el proceso de adaptación a las circunstancias, mientras que un factor de estrés es una situación a la que las personas deben adaptarse. Entonces, un factor estresante es lo que sucede y el estrés es la forma en que nos adaptamos a él.
El estrés es nuestra respuesta adaptativa a un factor estresante. Mientras que los factores estresantes son externos, el estrés es interno. Las respuestas al estrés incluyen aspectos cognitivos, emocionales, físicos y conductuales. Las respuestas al estrés cognitivo incluyen malas decisiones, falta de concentración y olvido. La respuesta al estrés físico se observa en las respuestas galvánicas de la piel (sudor), las respuestas cardiovasculares (frecuencia cardíaca), la reducción de la eficiencia del sistema inmunológico, los problemas gastrointestinales y digestivos y la actividad hormonal.
¿Qué es el Síndrome General de Adaptación?

Existen tres tipos de modelos teóricos que intentan explicar el estrés, dependiendo de si consideran el estrés como respuesta, como estímulo o como interacción entre el estímulo y la respuesta.
Hans Selye fue un fisiólogo y médico elaboró una teoría para explicar el Síndrome General de Adaptación (SGA). Selye definió operativamente el estrés basando esta definición en 2 fenómenos objetivables:
1. Estresor o factor estresante
Es toda aquella demanda que supera los recursos del individuo y que evoca el patrón de respuesta de estrés o Síndrome General de Adaptación. Puede ser un evento nuevo e inesperado o alguna situación donde mis destrezas de afrontamiento (coping skills) no son suficientes para manejarlo
2. Respuesta de estrés
Es el propio Síndrome General de Adaptación. Su aparición implica una serie de cambios que se van produciendo como consecuencia de la presencia sostenida de un estresor. Enfrentar una situación estresante desencadena un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas englobadas dentro del término estrés. Este proceso está formado por las tres siguientes fases:
Fase de alarma: Ante la aparición de una amenaza, se desencadenan los procesos fisiológicos de respuesta ante un peligro: liberación de hormonas y neurotransmisores que producen un aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria y un aumento de azúcar en los músculos, etc.
Cuando este esfuerzo extraordinario del organismo permite superar la situación es el fin SGA, pero si la situación de estrés perdura, al no poder mantener por mucho tiempo este esfuerzo extra, el organismo ha de disminuir la cantidad de recursos, evolucionando hacia la segunda fase.
Fase de resistencia o adaptación: Esta hiperactivación, aunque menor que en la fase anterior, puede mantenerse durante periodos más largos de tiempo, facilitando, en consecuencia, que supere de la situación de estrés. En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la presencia de los factores que percibe como una amenaza. Se normalizan los niveles hormonales y desaparece la sintomatología propia de la etapa anterior. No obstante, si no consigue su objetivo, el mantenimiento de la activación puede llevar al agotamiento de las reservas del organismo, entrando así en la siguiente fase.
Fase de agotamiento: Se produce cuando la exposición al estrés es continua en el tiempo o no se poseen con suficiencia los recursos adaptativos necesarios para afrontar dicha situación de peligro.
Algunas formas de manejar el estrés
La mejor manera de pensar sobre el estrés es viéndolo como un proceso bidireccional: el entorno presenta factores estresantes y los evaluamos. Según Lazarus y Folkman (1984) esto incluye una evaluación tanto primaria como secundaria. Para comprenderlos, piense en situaciones en las que haya experimentado y que sean potencialmente estresantes.
En la evaluación primaria, lo llevará a determinar en primer lugar qué tan importante es la situación para usted y si se enfoca en los posibles resultados positivos o los posibles resultados negativos. El grado en el que considera que el factor estresante es importante se conoce como centralidad. Si no cree que esa situación es importante, es probable que el grado en que se sienta estresado sea mucho menor que si lo considerara de gran importancia.
Imagine que un jugador de tenis que está jugando un partido de exhibición en comparación con un partido de Grand Slam y está abajo por un punto (perder este punto perderá el set). En el partido de exhibición, la centrilidad es baja, por lo que el nivel de estrés será menor. Dependiendo como lo vea, esa situación puede verla como una amenaza, enfocándose en la posibilidad negativa de quedarse perder. Sin embargo, también podrían ver esto como una oportunidad / desafío para hacer una gran jugada y empatarlo o ganar.
La evaluación secundaria se refiere al control. Cuando sentimos que una situación está bajo control, normalmente nos sentimos menos ansiosos. En este punto podemos hacer tres evaluaciones: el factor estresante es controlable, por el individuo, es controlable por otra persona o controlable por otros factores. La clave es poder enfocarme en aquella que puedo controlar. Estos incluyen cosas como las decisiones del atleta, el lenguaje corporal y el esfuerzo. Si vemos la situación como un reto positivo que está bajo nuestro control, experimentamos más emociones positivas y es más probable que alcancemos nuestro potencial. El papel del psicólogo es permitir que los atletas experimenten esta evaluación positiva del estrés más que una negativa.


Excelente articulo, fundamental para la preparacion de cualquier profesional y atletas
Me gustaMe gusta
Gracias Ricardo!
Me gustaMe gusta