
Introducción
Seamos realistas: todo el mundo quiere ser un líder. Busque en Google el término «liderazgo» y encontrará 800 millones de resultados. Luego, haga el mismo ejercicio con el término «seguidores» y las respuestas caen drásticamente a 762, 000, menos del 1 por ciento de las de liderazgo. Y quizá el término seguidor no es atractivo, pero es una habilidad que todos deben aprender al comienzo de sus carreras, ser apreciada a medida que ascienden y desarrollarla en las personas que terminan liderando.
Después de todo, la verdad innegable es que los líderes no existirían sin el apoyo de sus seguidores. Hasta cierto punto, la relación entre líderes y seguidores se asemeja a un proceso democrático. Por lo tanto, a los seguidores se les debe tomar en consideración al momento de hablar de liderazgo ya que, la relación entre ambos es recíproca
Los seguidores no son simplemente observadores pasivos que esperan que se les diga qué hacer. Más bien, es un proceso mediante el cual los seguidores participan en un pensamiento crítico constructivo que interactúa con el líder y lo apoya en el logro de la tarea de la organización.
Los buenos seguidores son responsables e intentan influir y moldear los puntos de vista y decisiones del líder y, si es necesario, sustituyen al líder. Los procesos de toma de decisiones y las estructuras de apoyo dependen en realidad de que los seguidores asuman roles de liderazgo. Por lo que un buen seguidor contribuirá con el pensamiento crítico, serán la segunda opinión e interactuará con los colegas y el líder a la vez. Si están de acuerdo, respaldarán al líder al 100% y si no están de acuerdo, retarán al líder, ofreciendo alternativas constructivas. Todo con el fin de ayudar al que lidera y a la organización a lograr su tarea principal.
Los comportamientos que muestran los seguidores, su organización las debería conservar. Si la organización crea un ambiente saludable estos, permanecen comprometidos, son productivos, buscan el contexto más amplio y hacen preguntas que les ayuden a aprender y desarrollarse. Los seguidores son una fuente de energía positiva para las organizaciones, y con ella atraen a personas que:
• intercambian ideas de mejores prácticas
• cuestionan los procesos que podrían dejar de apoyar la dirección estratégica
• aprenden continuamente en gran parte a través de esfuerzos autodirigidos
• ven a sus líderes como individuos que están dispuestos a orientar y explicar para que puedan contribuir con su mejor trabajo
La motivación de un seguidor
La motivación de un seguidor es una en función de factores ambientales e internos. Para aumentar la motivación de los seguidores, una organización necesita crear un enfoque orientado a resultados, por una preocupación genuina por sus seguidores y ofrecer feedback relacionados con el desempeño. La relación actual entre seguidores y líderes muestran que los seguidores quieren que se les brinde confianza y no se motivan por lo que los líderes creen que quieren, sino más bien por lo que quiere cada seguidor de manera específica. Los seguidores se motivan a sí mismos, se genera internamente y un líder simplemente aprovecha el poder interno del seguidor. Cuando un líder comunica confianza y respeto por las habilidades de los seguidores para desempeñarse y ejecutar, la motivación de los seguidores se hace cargo y los impulsa al éxito. Los seguidores van a determinar su compromiso con la organización (y por tanto su motivación) reflexionando sobre cuanto esfuerzo pondrán en su trabajo.
La interdependencia de líderes y seguidores
A pesar de la percepción generalmente aceptada de que los seguidores son secundarios al liderazgo, otro angulo que hay que prestarle atención es, la interdependencia de líderes y seguidores. Incluso con todas las características negativas y rasgos asociados con el concepto de seguidores, la literatura indica que los líderes y seguidores son, hasta cierto punto, interdependientes y vinculados de forma única. Las investigaciones se han preguntado si las características requeridas de los buenos líderes son significativamente diferentes a las que necesitan los seguidores efectivos. De acuerdo a la literatura, atributos como visionario, enérgico, comprometido, responsable, resolutivo y deben ser aplicable a ambos. Según Lundin y Lancaster (1990), es fundamental que tanto el líder como el seguidor deben ser individuos altamente responsables que estén dispuestos a desempeñarse en circunstancias estresantes, motivados por la satisfacción de un trabajo bien hecho. No quiere decir que ambos roles sean iguales, más bien, hay que tomar en consideración que podemos notar los paralelismos entre los dos, pueden depender uno del otro en un grado significativo.
Bennis (2010) sugirió que cuando los seguidores pueden tomar en algunos momentos el poder de sus líderes, claramente funcionan como líderes. Ya sea aumentando las acciones de sus líderes o retándolos, los seguidores hacen avanzar la organización y pulen sus propias habilidades de liderazgo. Este intercambio de rasgos conecta al líder-seguidor de una manera que crea un conjunto de habilidades compartidas e interdependientes y que requiere exhibir fortalezas y destrezas de persuasión cuando el otro carece de esas mismas habilidades. Esta sugiere que el liderazgo no es identificado por la persona, sino por el proceso.
Algunos comportamientos importantes de los seguidores
Primero, ética de trabajo: los buenos seguidores son buenos trabajadores. Son diligentes, motivados, comprometidos, prestan atención a los detalles y se esfuerzan. Los líderes tienen la responsabilidad de crear un entorno que permita estas cualidades.
Segundo, competencia: el seguidor no puede seguir correctamente a menos que sea competente en la tarea dirigida por el líder. Es obligación del líder asegurarse de que los seguidores sean competentes. A veces las cosas salen mal porque el seguidor no es competente en la tarea que tiene entre manos. Cuando esto sucede, los líderes deben culparse a sí mismos, no al seguidor. Una señal de un liderazgo deficiente es culpar a los seguidores por no tener las habilidades que no tienen. Aplique aquí el liderazgo situacional.
Tercero, honestidad: el seguidor le debe al líder una evaluación honesta y directa de lo que el líder está tratando de lograr y cómo. Este es especialmente el caso cuando el seguidor siente que la agenda del líder tiene serias fallas. El respeto y la cortesía son importantes, pero dicho esto, no es aceptable que los seguidores se sienten sobre sus manos mientras un líder inepto lleva a la organización hacia el precipicio. Los buenos líderes agradecen el feedback constructivo de su equipo.
Cuarto, manejo del ego: los buenos seguidores tienen sus egos bajo control. Son jugadores de equipo en el sentido más amplio del concepto. Tienen buenas habilidades interpersonales. El éxito de los buenos seguidores se relaciona con el desempeño y el logro de metas, no con el reconocimiento personal y la autopromoción.
Referencias:
Bennis, W. (2000). Managing the dream: Reflections on leadership and change.
Cambridge, MA: Perseus Books.
Blanchard, K., & Bowles, S. (1998). Gung ho! New York: William Morrow and
Company.
Ludin, S., & Lancaster, L. (1990). Beyond leadership…the importance of
followership. Futurist, 24, 18-24.