
La emoción es una parte inherente de la experiencia competitiva. La emoción puede entenderse como un conjunto complejo de interacciones entre factores subjetivos y objetivos, mediadas por sistemas neuronales-hormonales, que pueden (a) dar lugar a experiencias afectivas como sentimientos de excitación, placer / disgusto; (b) generar procesos cognitivos tales como efectos de percepción emocionalmente relevantes, valoraciones, procesos de etiquetado; (c) activar ajustes fisiológicos generalizados a las condiciones de excitación; y (d) conducir a un comportamiento que a menudo, pero no siempre, es expresivo.
Existe un consenso de que las emociones tienen un impacto importante en el rendimiento deportivo. Las emociones influyen en la percepción, la cognición, la neurofisiología, la motivación, el comportamiento, la expresión motora, los sentimientos y las decisiones del sujeto, facilitando o debilitando el rendimiento deportivo. Algunos estudios de metaanálisis han destacado el vínculo entre las emociones y el rendimiento. Por ejemplo, Beedie et al. encontró efectos de pequeños a moderados asociados con el nivel de rendimiento. Craft et al evaluó las relaciones entre la ansiedad y el rendimiento en el deporte competitivo y sus resultados demostraron que el rendimiento del atleta es exitoso cuando su ansiedad previa a la competencia está dentro o cerca de la zona individual óptima. Con eso, la capacidad de los atletas para identificar y comprender las emociones y regularlas con el fin de lograr un rendimiento óptimo se puso en el foco de la psicología del deporte. La reflexión de la emoción es análoga al constructo de inteligencia emocional.
La inteligencia emocional (IE) se define como «la capacidad de percibir y expresar la emoción, asimilar la emoción en el pensamiento, comprender y razonar con la emoción y regular la emoción en uno mismo y en los demás». En la tradición de la IE, las diferencias individuales se estudian con respecto a cómo los sujetos identifican, comprenden, expresan, regulan y utilizan sus propias emociones y las de los demás. El concepto de IE, introducido en la literatura científica en 1990 por Mayer y Salovey, y sin duda popularizado por Daniel Goleman, ha generado un amplio interés dentro del campo de la psicología. Este interés en el tema fue alimentado inicialmente por evidencia anecdótica que sugiere que la capacidad mental por sí sola no es suficiente para el éxito en la vida. El área de la IE ha crecido exponencialmente durante las últimas tres décadas en diversas disciplinas. Un gran número de estudios destacó la importancia de la IE como predictor en dominios importantes como el rendimiento académico, el rendimiento laboral, el liderazgo, el estrés, la mejor salud y el bienestar. En consecuencia, no es de extrañar que el interés de la psicología deportiva aplicada en el concepto de IE también haya crecido sustancialmente. Las investigaciones iniciales sobre la IE en los deportes se remontan a 2001. Como mencioné anteriormente, el interés por examinar la naturaleza de la IE en el ámbito deportivo ha aumentado constantemente, lo que se refleja en el número de estudios en una variedad de entornos deportivos.
Inteligencia emocional y rendimiento deportivo
No hay duda de que el deporte de competición es un entorno cargado de emociones. En primer lugar, los atletas se enfrentan continuamente a diversos tipos de factores estresantes y desafíos emocionales dentro y fuera de la competencia, relacionados con su rendimiento atlético. En segundo lugar, el rendimiento atlético es el resultado de relaciones e interacciones y éstas están significativamente influenciadas por las emociones. Los atletas deben ser conscientes de los sentimientos de otros miembros (por ejemplo, compañeros de equipo, cuerpo técnico, oponentes, oficiales, familia y los fanáticos). Deben comunicarse y trabajar juntos para lograr su mejor desempeño. Deben aprender a reconocer sus propias emociones y estados de rendimiento ideales para controlar su nivel de energía con el fin de lograr un rendimiento óptimo. Algunos estudios han investigado los efectos de la IE en el rendimiento del equipo y los parámetros de rendimiento individual en deportes específicos. En diversos estudios, al revisar la IE en el deporte y la actividad física, Labordeet al resumió los resultados de seis estudios que investigaron la relación de la IE con el rendimiento deportivo. Llegaron a la conclusión de que, en el contexto del rendimiento deportivo, la IE se relaciona con las emociones, las respuestas fisiológicas al estrés, el uso exitoso de habilidades psicológicas y un rendimiento atlético más exitoso. También informaron hallazgos contradictorios y la necesidad de más trabajo científico para explorar la conexión entre la IE y el rendimiento deportivo con más detalle. En conjunto, los hallazgos nos indican alguna evidencia inicial de que la IE tiene una conexión con el rendimiento deportivo. Sin embargo, la magnitud y la dirección de la relación entre la IE y el rendimiento deportivo varía considerablemente.
Referencias:
Beedie C.J., Terry P.C., Lane A.M. The profile of mood states and athletic performance: Two meta-analyses. J. Appl. Sport Psychol. 2000;12:49–68. doi: 10.1080/10413200008404213.
Craft L.L., Magyar M.T., Becker B.J., Feltz D.L. The relationship between the competitive state anxiety. J. Sport Exerc. Psychol. 2003;25:44–65. doi: 10.1123/jsep.25.1.44.
Laborde S., Lautenbach F., Allen M.S., Herbert C., Achtzehn S. The role of trait emotional intelligence in emotion regulation and performance under pressure.